Todos mis afectos
¿Dónde quedaron los afectos? ¿Dónde fueron a parar los besos de cariño, los abrazos cómplices, las miradas brillantes y las caricias de ternura?
La realidad de ser un hombre que tiene sexo con hombres no es fácil en nuestra sociedad materialista y consumista de la inmediatez. El marketing -que moviliza todo- se cuela hasta en nuestros anhelos afectivos. Llegamos a cosificar nuestros cuerpos hasta el extremo de despiezarlos en subproductos humanos para el consumo bajo demanda.
El destierro de los afectos de nuestros cuerpos y de nuestras relaciones no-sexuales nos han convertido en objetos de una mera transacción comercial, efímera e hiperconsumista. Nos hemos deshumanizado en pro del neoliberalismo sexual.
¿Dónde quedaron los afectos? ¿Tal vez estén enterrados en el pozo sin fondo de nuestros deseos más íntimos? ¿Un pozo en el que resuena el eco de nuestro vacío interior?
Paradójicamente nos encontramos con un panorama social que requiere de interacciones afectivas y de vínculos fuertes que nos ayuden a sobrellevar las numerosas crisis que sufrimos, junto con las adversidades de un sistema hostil.
¿Dónde quedaron mis afectos? Esos que nunca di por miedo, por dudas o por vergüenza.
Por eso aquí y ahora te ofrezco TODOS MIS AFECTOS.
Cuerpos en observación
La sociedad de consumo ha penetrado en nuestra forma de ser, de estar y de relacionarnos con nuestros cuerpos, propios y ajenos. ¿Acaso este sistema ha modificado la vinculación que poseemos con nuestro propio cuerpo? ¿Qué papel ha asumido el cuerpo en los últimos tiempos? ¿Cómo observamos e interactuamos con los otros cuerpos?
La otra pandemia
The other pandemic has been going on for 40 years, has infected 78 million people and claimed 39 million lives. We no longer talk about the other pandemic, there is only a distorted memory of the 90s.
The other pandemic, that of HIV, continues to kill people in developing countries, even though there is an effective battery of drugs that controls the disease. In developed countries, those infected do not die, they lead “normal” lives, but invisible.